¿A dónde vamos con nuestras «indignaciones»?
A mí también me indignan muchas cosas. Pero con nuestras quejas hacemos todo lo contrario que crear, o mejor dicho, "recibir" la vida que realmente queremos.
A mí también me indignan muchas cosas. Pero con nuestras quejas hacemos todo lo contrario que crear, o mejor dicho, "recibir" la vida que realmente queremos.
"Cuidado con lo que deseas ...", he escrito en mi artículo "El espejo". Era una reflexión sobre lo difícil que es a veces desear correctamente. Sin embargo, soy consciente de que en muchos casos tenemos de dar un paso más atrás aún. El asunto comienza mucho antes de pedir un deseo.
Un padre maravilloso, que se esfuerza por enseñar el mundo a su hijo. Aprender a caminar con rectitud y confianza por la vida. Papá ayuda, orienta e incluso se sienta con el hijo para echar una mano con las tareas escolares.
Hoy estoy reflexionando sobre los deseos que, inconsciente o conscientemente, expresamos o pensamos. Inspirada por el autor holandés Berend Smit y su obra "Mi Libro", he comenzado a observar mis pensamientos y en especial, mis deseos.
Nos empeñamos en educar a nuestros niños según nuestros criterios - y es normal y comprensible, ya que es lo que hemos aprendido, es como nos han educado.
"Sentirse raro" es una visión interna, posiblemente más frecuente de lo que creemos, pero nosotros nos empeñamos en que nadie entenderá cómo nos sentimos dentro de nuestra piel. Es más, creemos que tenemos que ocultarnos ante los demás.
¿Te hace feliz cuando aprendes algo nuevo? Esto debería ser siempre la clave y, sin duda, nos da la pista para encontrar el camino del éxito en el aprendizaje. El aprendizaje ocurre cuando disfrutamos de lo que hacemos.
Desde joven quise escribir un libro sobre “Faustina”, aquella versión femenina de Fausto, un personaje que no cesó de estudiar todas las disciplinas que podía, pero no encontró la respuesta al sentido de la vida.
Este tipo de pensamientos nos rondan a menudo en la cabeza. Al menos en la mía. - ¿Os suena? Es como si tuviéramos que aprobar un examen constantemente. Y eso ni siquiera al final de nuestra estancia en esta tierra, no, a veces es incluso diariamente.
“Somos muchos”, solía decir mi maestro de formación. Se refería a los “personajes internos”. ¿Los conoces? Te cuento un poco sobre esos “personajes”. Algunos de ellos seguro te sonarán...